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Y con razón este dolor de trizadura.
Y con razón este temblor de los martirios
embebiéndose de náufragos pedazos
de tristes explosiones, de oraciones sin fondo,
aúnes sin sentido y sanguíneos garrotazos
Y con razón el torbellino fiero
alma de alas en pecado sublimado
amargura lacerada en gotas muecas y hematomas
en rostros irradiados.
Y con razón el abismo arrodillado
con su lupanar escarnecido
o supremo tribunal
pintando el cielo que ahora no veo
y la ceniza y con razón el humo
la oscuridad
y la tos
y el rencor total
y con más razón aún la víscera en tinta
anudando mis pasos que negaron la marcha de la patria libre
y el ácido hipodérmico y contrito en llagas.
No se han dado cuenta
que la ceguera es nuestra propia sombra
desplomándose a sí misma
y nos arrastra envilecidos
a los tumores sin memoria de la sobrevida.

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